“Tres caminos, once pasos” I y II, es una video- instalación compuesta por dos trípticos realizados mediante animación fotográfica que recogen el trayecto prácticamente íntegro de las tres principales rutas de largo recorrido compostelanas en España (el camino Francés, el camino del Norte y el camino Mozárabe) y otras tres vías europeas.
Viajar y caminar por lugares naturales viene ya de mis comienzos en el Land Art como escultor. Coleccionar indagando las múltiples posibilidades ha sido a sí mismo algo recurrente en mi trabajo. Series infinitas como “Apilamientos”1 (serie de apilaciones de rocas en vertical que pretendían un equilibrio superlativo), “Visiones”2, “Tormentas”3 (ambas series, dibujos de base geométrica que indagaban sobre la creación de la materia), “Entradas a una cueva de luz”4 (video-instalación de más de cuarenta salidas desde la oscuridad de la cueva al exterior, en las que en su recorrido se mostraban las formas caprichosamente cambiantes de cada salida en formas saturadas de luz), “La cueva iluminada”5 (serie fotográfica de panorámica completa
realizadas desde el interior de diferentes cráteres de Canarias), son muestra de ello.
Un camino en el que la exigencia personal se ha ido manifestando a través de una evolución paulatina de depuración, tanto material como conceptual, es lo que al fin ha desembocado en esta producción videográfica en la que me hallo inmerso y en la que ya no existe la manipulación del entorno y la materia, sino como me gusta decir, tan solo la “recogida de datos” que luego serán la muestra. Muestra que consiste en la inmersión del espectador en otro ambiente y lugar mediante un retroceso o acceso a la raíz del sabor estético más allá de lo cultural y que surge en la contemplación de lo natural.
“Tres caminos once pasos” comenzó siendo la contrapartida occidental al fenómeno de la peregrinación oriental (Tíbet) y sus lugares naturales considerados sagrados que he recogido en video-instalaciones como “Gang Rimpoche”, “Jonkang”, “Mapam yum”, “Nam tso” o “El aliento del Chomolugma”. Desde mi punto de vista la búsqueda de espiritualidad al margen de lo religioso es una constante en el arte que se manifiesta constantemente bajo diferentes aspectos: lo invisible, lo abstracto, lo poético, lo conceptual… y es en la peregrinación donde este fenómeno aúna por fin lo físico y lo espiritual. Algo que a su vez podía ser obra. Algo que impregnado de valores estéticos, a la vez recogía en sí mismo la esencia a una manera de pensar concreta, la filosofía y modo de vida de diferentes culturas.
Realicé así la video-instalación de “El Camino Francés”, pero su singularidad, aunque sí denotaba el concepto vacío propio del pensamiento occidental, el camino como lugar, lo basto como singular, resultaba escaso. Así es como surgió la necesidad del tríptico. El objetivo inicial estaba cumplido. Pero porqué no ir más allá y prolongar e indagar en los caminos que hermanaron durante siglos a los países europeos y que hoy en día son ignorados, apenas reconocidos. Esa idea de enfatizar lo social, la hermandad, la unión sin la cual ya no podemos ser entendibles es la que promueve este proyecto.
La técnica utilizada, como parte de su nombre indica (…once pasos), es la de ir fotografiando cada pocos pasos y a ritmo constante el trayecto del camino andando. Posteriormente la consecución de todas esas imágenes fotográficas, pasan a formar parte de una animación gracias a un programa de edición informática cuyo resultado es una imagen hipnótica en la que el espectador en primera persona es conducido a través del recorrido. Sutiles hachazos de imágenes perfectamente encadenadas, reminiscencias de un pasado artesano escultor, son las que generan esta hipnosis que te lleva vacía de pensamientos por un camino continuo, lleno de transformaciones y cambios de rumbo a un desenlace que en este caso es Santiago en Compostela..
Like all my videographic output on world pilgrim routes over the last five years and more, “Tres caminos, once pasos”, a triptych of photo animation covering almost the full length of the three main long-distance Jacobean routes in Spain (the French Way, the Northern Way and the Silver Way) is a logical consequence of the lifework that precedes it.
My art has taken me on walking trips through natural terrain since my beginnings as a sculptor in the Land Art movement. And collecting things to explore their manifold possibilities is a recurrent theme in my work. Infinite series like “Apilamientos”1 (vertical rock piles pursuing a superlative equilibrium), “Visiones”2, “Tormentas”3 (two series of geometrical drawings which evoke the primeval creation of matter), “Entradas a una cueva de luz”4 (video-installation showing more than forty exits from the darkness of a cave to the light; the course of each one whimsically culminating in a different form of saturated light), “La cueva iluminada”5 (full panoramic photos from inside a series of craters in the Canary Islands) bear witness to this fascination An exhibition in which the spectator is immersed in a different ambience and place, accessing or reverting to the roots of the non culture-driven aesthetic pleasure which comes from the contemplation of nature.
“Tres caminos once pasos” started out as the western equivalent of the phenomenon of eastern pilgrimages to Tibet and its holy places that I had documented in video-installations like “Gang Rimpoche”, “Jonkang”, “Mapam Yum”, “Nam tso” or “El aliento del Chomolugma”.
As I see it, the quest for spirituality free of religious connotations is a constant in art which is constantly being expressed in all its facets: the invisible, the abstract, the poetic, the conceptual… and the pilgrimage is where the physical and spiritual sides of this phenomenon come together. Something that could in turn become an artwork. Something imbued with aesthetic values but which held enclosed within itself the essence of a specific form of thought, the philosophy and way of life of different cultures.
This was the motive behind my video-installation “El Camino Francés” (The French Way). But while it managed to denote the void concept proper to western thought, the path as a place, the commonplace as singular, it was lacking something more. Hence the appearance of the triptych. The initial goal was accomplished. But why not go on investigating more deeply into the routes which for centuries were a unifying ideal for European countries, though now unknown or neglected. It is this idea of emphasising the social ties, the fraternity, the union which makes us intelligible to each other that is the driving force behind the project.
The technique applied, as its name suggests (…eleven steps), was to record my progress along the route by taking photographs at regular, short intervals. The photographic images are then gathered together and transformed into animation using a computer editing programme. The result is a hypnotic video that carries the spectator along in first person. A hypnosis engendered by subtle cleavings in perfectly sequenced images, reminiscent of a sculptor-craftsman past, which transports you ever onward, your mind empty of thought, on a path full of twists and transformations to the conclusion which is, in this case, Santiago in Compostela.