En la Exposición La Torre Herida por el Rayo se muestran los trabajos de un grupo de artistas que se ha enfrentado a diversos tipos de imposibilidades: la de comprender el sentido último de la vida, la de conocer al individuo que habita dentro de nosotros, la de interpretar el valor de los objetos en los que advertimos sentido religioso, la de recorrer laberintos en los que perderse es la manera de hallarse a sí mismo (…)


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LOS FIRMES ANDAMIAJES DE LO INSOSTENIBLE

(…) Gabriel Díaz aborda con sus esculturas el establecimiento de una relación de tensa inquietud entre el cuerpo humano y el peso ingrávido de cuerpos pétreos a su alrededor. Los trabajos que realiza no pretenden ser sólo aproximaciones a lo inverosimil y lo imponderable, pues, sobre todo, formalizan construcciones de aire en las que la mirada penetra hasta su interior -en algunas de sus esculturas, la cabeza entera es instada a penetrar en la roca tallada- para desvelar un vacío sagrado (sepulcral unas veces, uterino otras) y que trasmiten sensaciones telúricas de agobio, gravedad y presión límite, pero también una idea de vuelo glorioso y de purificación o re-nacimienro.

Una pirámide cristalina y hueca es la bella metáfora sobre la promesa de una vida post-mortem en la que, en efecto, el peso de la tierra es leve, el entorno, pulcro y visible, y la posibilidad del retorno, abierta: una pirámide inversa o anti-necrofílica, una contra-construcción funeraria. No hay arquitectura de la muerte, sólo edificios, recipientes y lugares en los que proyectamos nuestros miedos a lo desconocido.

El intento de suspender las piedras en el aire es una constante en el trabajo de Díaz. Hay una fijación magrittiana en ello. La piedra, a veces incrustada en la pared, que se separa del suelo, que no es pintura y casi no llega a ser escultura, sino una realidad paralela a ambas aunque mostrada con la bi-dimensionalidad del plano pictórico, cita un antiguo tema surrealista. Hacer que esa piedra se eleve y se sostenga sobre los inverosímiles soportes de filamentosos ramajes cristalinos prolonga el mito de lo pesado sostenido por lo ligero, lo compacto y denso soportado por lo abierto y desunido, lo informe de apariencia natural sustentado por lo formal de aspecto artificial: la abrumadora carga de la existencia presionando nuestra inteligencia, Atlantis portando el mundo sobre sus hombros.

Díaz integra en su trabajo la ambición de afrontar lo ilimitado con la modestia de querer encontrarlo en formas y materiales simples y naturales. En su corta pero intensa trayectoria como artista, Gabriel Díaz ha dibujado la superficie de las piedras y la extensión del firmamento, nos ha hecho sentir el vacío de las tumbas abiertas, que las rocas nos coman sin dientes, que una de ellas nos arrastre, en caída libre, hacia el espacio abismal y que dudemos de la solidez de construcciones ejecutadas con muchos materiales terrestres y pocos sentimientos humanos: todas buscan el otro lado de lo sólido, lo oculto trae las formas que observamos, donde hunde sus raíces lo insostenible.

The exhibition The Tower Wounded by lightning features the works of a group of artists who have confronted different kinds of impossibilities: that of understanding life’s ultimate meaning, that of knowing the individual who lives within each of us, that of interpreting the valueof the objetcts in which we recognize religious meaning, that of tracing labyrinths in which getting lost is a means of finding oneself. (…)

In his sculptures, Gabriel Díaz establishes a relation of tense anxiety between the human body and the lightweight of stony bodies around it. His works try to be not only mere approximations of the improbable and imponderable, since above all they shape and give form of his sculptures, the entire head is put inside of ehe carved rock-to reveal a holy emptiness (sometimes sepulchral, other times,womb-like), and that transmit telluric, sensations of oppression, weight and pressure to the limit, but also an idea of glorious flight and of purification or rebirth.

Javier Gonzalez de Durana, Comisario y Autor de los textos para el catálogo La Torre Herida por el Rayo, Museo Guggenheim de Bilbao, 2000